Días tranquilos...
En las regiones menos viajadas de la costa del Pacífico de Guatemala, hay un trecho de playa de arena negra volcánica conocida como Monterrico. Si está buscando entretenimiento y excitación, éste no es el lugar para usted. Pero si busca algunos días tranquilos en paz y quietud, recostándose en hamacas con la brisa fresca de la costa acariciándole la piel, entonces no pudo encontrar mejor lugar que Monterrico. Mochileros, buscadores de conchas y caracoles, y surfistas despabilados han venido de otros partes del globo a este pedacito escondido de paraíso.
Un día en la playa...
La belleza de Monterrico comienza aún antes de que llegue a este lugar, ya que el viaje a la ciudad es tan hermoso como los lugares que verá al llegar. Empezará cuando usted arribe a La Avellana. Desde allí irá en bote atravesando manglares, dejando atrás el ajetreo y bullicio de la civilización y se sumergirá en la asombrosa belleza de la naturaleza y tranquilidad. Y encontrará que, una vez que haya llegado a Monterrico, mucho del ajetreo y el bullicio están aún muy lejos. La gente y la atmósfera de la ciudad son de vida auténtica. No se finge mucho aquí. Hay sólo unos pocos hoteles cómodos de playa, un par de escuelas de español y una multitud reducida de entusiastas como gente bronceándose, nadadores y surfistas. Por supuesto, tenga en cuenta que las aguas del Pacífico pueden ser duras y peligrosas. La resaca es increíblemente poderosa, y las olas rompen con bastante fuerza. Aventurarse al mar es sólo recomendado para nadadores muy fuertes y puede ser desastroso para visitantes jóvenes e inexpertos.
Ayude a salvar las tortugas marinas...
Quizás una de las cosas más increíbles que puede hacer en Monterrico es ayudar activamente a salvar a la especie local de tortuga marina. Han aparecido santuarios de animales en toda la ciudad con el objetivo de arrasar con el tráfico ilegal de huevos de tortuga marina. Debido a que la economía es solo estimulada en forma mínima por la industria del turismo, mucha gente local se enfrenta con una ardua pelea por su seguridad económica y su libertad. Pero, a pesar de ser ilegal, hay un alto comercio lucrativo de robo de huevos de estos gigantes llenos de gracia. Algunos de sus huevos son usados en recetas culinarias y otros son usados para otro número de cosas. Como visitante de Monterrico, puede ayudar a las tortugas visitando el santuario animal, donde puede realmente de forma activa, liberar un bebe tortuga a la calidez y seguridad de las corrientes marinas. Puede ayudar a los habitantes visitando varios hoteles de precios accesibles y llevando dinero a su propia economía local, ayudándoles a encontrar opciones más gratificantes que la caza furtiva.
Explore...
Si se queda más de un fin de semana en Monterrico, puede ser que se aburra un poco pasando todo el día en la costa. Si ese es el caso, puede ir de viaje de aventuras a las ciudades vecinas de Santa Lucía o La Democracia. En Santa Lucía, se encontrará con misteriosas esculturas de piedra, escondidas dentro de los campos de caña de azúcar. Estas esculturas nos recuerdan a las esculturas olmecas del norte de México. En La Democracia, se topará con una excavación arqueológica, repleta de una vasta colección de enormes cabezas de piedra tallada desplegadas en la plaza central. Nadie en realidad sabe el significado o historia detrás de estas esculturas, pero varios expertos creen que son antiguos íconos de fertilidad, o guardianes de la extensa cosecha de la tierra.
Ya sea que encuentre una colección de caracoles y conchas de mar, o un nuevo bronceado, o el asombro del descubrimiento de artefactos antiguos, Monterrico le va a, seguramente, colmar de atesorados recuerdos.
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